Los drones comenzaron como un dispositivo futurista y de ciencia ficción en libros y películas. El ámbito militar lo hizo posible en el año 2002, posteriormente la industria cinematográfica lo implementó en sus producciones, en 2010 llegaron como un artículo de ocio y diversión.
Su gran utilidad y versatilidad han derivado en un gran mercado profesional, su uso en la industria de la videovigilancia se ha incrementado aceleradamente en los últimos 5 años.
Las empresas de seguridad privada han optado por adquirir drones e implementarlos en sus procesos, realizando protocolos operativos específicos para su uso en sus diferentes servicios y con clientes cuyas necesidades los requieran.
Estos dispositivos son un gran plus en el servicio de vigilancia tradicional, para la protección y seguridad perimetral de grandes áreas de difícil acceso humano. Sus cámaras de alta resolución y estabilizadores de imagen transmiten una imagen de gran nitidez en tiempo real, por lo que podría ser válida como prueba judicial en caso de que capte un acto delictivo.
En la gran diversidad de modelos existentes en el mercado, están los que poseen rastreador GPS y visión nocturna o reconocimiento facial, lo que permite identificar usuarios y detectar accesos que no estén autorizados, se pueden programar alertas automáticas hacia una central de monitoreo e iniciar un patrón de seguimiento. En caso de que requieran establecerse rondas de vigilancia continuadas, existe la posibilidad de programar la carga de drones mientras que otros se encuentren realizando las labores de vigilancia.
Para volar drones al aire libre en México se necesita el permiso de la Dirección General de Aeronáutica Civil, organismo dependiente de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes. Sin embargo, si se quieren establecer protocolos de vigilancia en un entorno cerrado, no hay que solicitar este permiso, ya que no se considera espacio aéreo. Bastará con contar con la autorización del responsable del predio y tener los permisos necesarios para grabar a personas que puedan ser identificadas en el vídeo.
Ventajas del uso de drones en la industria de la seguridad privada:
- Visión aérea y funcionamiento en situaciones de riesgo.
- Bajos costos de operación.
- Rapidez de desplazamiento.
- Información en tiempo real.
- Visibilidad de 360 grados frente a las limitaciones de cámaras de vigilancia fijas.
- Posibilidad de vigilancia autónoma.
- Oportunidad de pasar desapercibidos.
- Visualización a lugares inaccesibles.
- Mejor área de cobertura.
- Reconocimiento facial o control de temperatura.
- Posibilidad de esquivar obstáculos.
- Programar rutas o perseguir objetivos.
- Sirven de apoyo al elemento humano en labores de vigilancia.
Este nuevo servicio ya está siendo implementado por empresas de seguridad privada que invierten en la tecnología y desean estar a la vanguardia en su diversificación. Los drones están convirtiéndose en aliados en la protección de grandes espacios que un guardia rondinero tardaría demasiado en recorrer, la supervisión de fronteras, naves industriales, zonas agrícolas, identificación vehicular; son solamente algunas de las actividades en las que ya se está incursionando.
Sin duda alguna, en los años siguientes veremos un aumento inminente en cuanto su adquisición, así como un gran mercado incluyendo escuelas de capacitación, centros de certificación, normas internacionales, reparación y manufactura de estos. El Futuro nos ha alcanzado.